En esta zona se habla mayoritariamente castellano pero existe una profunda y arraigada influencia del leonés, ya que antiguamente se utilizaba como lengua vehicular un dialecto de este, el habla riberana. Su actual estado es de una degradación profunda, situándose al borde de la desaparición. Por otro lado, importantes filólogos han resaltado la pervivencia de importantes rasgos propios del leonés en la provincia de Salamanca, como el catedrático y académico de la RAE Julio Borrego Nieto, ​ la profesora de la Universidad de Extremadura Pilar Montero,  o Miguel de Unamuno, que en «Andanzas y Visiones Españolas» afirmaba que «esta ciudad y región en que vivo, Salamanca, perteneció al Reino de León y leonesas son las particularidades de su habla popular».

En el caso de Las Arribes todavía son abundantes las palabras, giros y expresiones propios del leonés en el habla cotidiana, siendo más abundantes cuanto mayor es la edad del hablante, hecho que llevaba al catedrático Antonio Llorente Maldonado a calificarla como un habla «De eminente carácter dialectal leonés occidental, con abundantes rasgos arcaizantes».

Vocablos leoneses todavía relativamente fáciles de escuchar pueden ser «abondo» en lugar de «bastante», «escurecer» en lugar de «oscurecer», «galbana» en lugar de «pereza», «por cima» en lugar de «por encima» o «pingar» en lugar «gotear», entre otros.

Se han realizado numerosos estudios y documentos sobre la variedad del lenguaje de la comarca, tales como el «Estudio sobre el habla de la Ribera: (Comarca salmantina ribereña del Duero)» o «Seis jornadas de encuesta dialectal en Las Arribes del Duero», del lingüista Antonio Llorente. ​ La canción del «burro del tío Silguero», especialmente conocida como la del famoso «burro de Villarino», es el principal exponente de la lengua tradicional de la zona. Este animal, muy representativo de las arribes, está esculpido junto con la canción frente a las escuelas del pueblo.

Ya se murió el burru
que acarreaba la vinagre,
ya lo llevó Dios,
de esta vida miserable.
Que tu ru ru ru rú,
que tu ru ru ru rú,
que tu ru ru ru rú,
que bien lo sabes tú.

Ya se murió el burru
que acarreaba la vinagre,
ya lo llevó Dios,
de esta vida miserable.

Que tu ru ru ru rú,
que tu ru ru ru rú,
que tu ru ru ru rú,
que bien lo sabes tú.